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Das Gold im neuen Altgeist

6. El ciclo termina

El árbol verde que estaba antaño al lado del camino ya no está allá, y el resplandor rojo de los últimos rayos del sol en la roca se ha puesto. Y ahora los colores elementales resurgen del fondo del río. El azul que dio vida a sus hijas, el rojo que las protegía en el tumulto de las olas, y el amarillo dorado que les iluminaba el camino cubren las hijas del Rin, y el oro vuelve al río. 

Impelida

 

Delante de ella está una tierra escabrosa, y la cabeza le da punzadas. Parece que la senda es por ahí, sobre la barranca. En la oscuridad pesada, la deslumbra la luz que la rodea. No puede razonar con la oscuridad para encontrar el camino; ni puede razonar con la luz que no obstante la impela. 

La princesa y el guisante

 

Quizá ahora se ponga el sol mientras volvemos a la chica sentada en la ventana. Han pasado la mañana y la tarde de un día. Los cuentos en los que ha participado esta hija del Rin difieren en sus detalles de los de los dioses nórdicos que hemos encontrado. Pero igual que con cada cuento los suyos se formaron del azul, rojo, y amarillo. Como princesa y no como diosa, guarda su oro y no permite que se forje en un anillo. 

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